
Cuando este blog salió a flote de mis manos y mi mente, pero sobretodo de mi corazón, iba destinado directamente a mí y a todas las personas que no quería que me leyeran. Era la única manera “pública” que tenía de expresarme, sobretodo de chillar en alto lo que me obligaba a callar. Tanto me acostumbré a que fuera así, que cuando leo lo que escribo y siento, se revuelve en mí todo mi ser, me siento invadida e incluso intimidada. Leo incrédula mis palabras y me sonrojo, no sé si por vergüenza o miedo; miedo a que sepas más de la cuenta y tengas ventaja sobre mí. Fíjate si tengo barreras impuestas gracias a todos los castigos que me he obligado a cumplir, que ni siquiera te creo cuando me dices lo que significo. Y me cabreo, contigo porque lo expresas claramente y yo me empeño en que no, y conmigo porque siento que no merezco escucharlo. Así que me hago daño, me siento sobre esta piedra que se tambalea en medio del vacío y muevo las piernas para saber cuánto estoy dispuesta a aguantar mientras escucho la melodía de “ya te lo advertí…”, retumbando entre las costillas. Y me vuelvo a cabrear pensando que es difícil aguantar a una persona que está en constante desequilibrio, cuestionando siempre las palabras y mucho más injustamente los hechos. Porque cuando me hablas se me olvidan los hechos (facta non verba). Y me canso de mí, de no poder confiar siempre, y no solo a veces, en tus ojos y tu sonrisa y la alegría que me brindas, porque creo que no lo merezco; y vuelvo a preguntarme el porqué de este miedo y vuelvo a castigarme también por pensar la de dificultades que hay en el mundo y lo fuerte que llego a ser con ellas...y que en cambio cuando me replico a mí misma siempre gana lo que me hace perderme.
Que no dejas que te quieran, solo quieres que te abracen y publicas que no tuve ni valor para quedarme, grande Iván Ferreiro...Y como dice aquella canción de volando entre tus brazos, por primera vez en 22 añitos, tengo tanto miedo de perderte, de estar a tu lado y no merecerte...
Y así. Escuchando Ara malikian-Princesa.
Es necesario diferenciar las cosas: lo que siempre existe sin haber nacido y lo que siempre está comenzando sin jamás llegar a ser. Platón
No hay comentarios:
Publicar un comentario