
El tiempo no espera, no para, no piensa, no siente, no mide, no quiere...
Simplemente pasa. Transcurre según escribo, según me doy distancia para ordenarme. Y así es como se escapa de las manos. La de gente que daría por volver e invertirlo en un momento de su vida, en algo que se quedó flotando en el aire, pensando que quizás tendrían tiempo para emplearlo algún día. Y ya ves, yo aquí, tirando por la borda los segundos, odiándome cuando no lo aprovecho y no puedo controlarlo ni obligarme. Todos somos egoístas cuando se trata de nosotros mismos y está bien; defender la soledad, los sentimientos, los miedos; incluso está bien cuando lo estás haciendo mal. Pero amigos, si lo pensamos con la cabeza fría, no hay nada que merezca más la pena que este instante de delante y todo lo que contiene, porque nadie sabe qué podrá pasar mañana. Pasito a paso sí se saborean mejor las cosas. Pero saboreémoslas.
Amén !!
ResponderEliminar