
A veces nos dejamos llevar tanto, que olvidamos la realidad que está acechándonos de forma continua. Hay veces que es mejor relajarse y disfrutar del aire que respiras, del que te ofrecen la vida, los paisajes, las nubes...del que te ofrecen las personas. Aunque sea lentamente y nadie lo comprenda y confundan la extravagancia con las ganas de vivir. A partir del mundo que me rodea, mi grado de locura quizás no se pueda discernir de la cordura, o el deseo del capricho, o la seriedad de la frialdad. Desde mis ojos curiosos y este viaje que me procura cierto inconformismo, mi alma se encierra en la seguridad de no tropezar, de no hacerse daño de manera innecesaria, provocándome desconfianza hasta de mis propios actos. Supongo que esto es como todo, paciencia, sobretodo teniendo en cuenta el mundo que habita en mi cabeza soñadora. Yo me doy tregua, aunque a veces no soporte mi agobio que recuerda las tintas desgastadas del dolor pasado, provocando borrones en las historias ni siquiera escritas.
Si bailar bajo la lluvia me provoca pulmonía, que se rían los desgraciados que caminan siempre en seco...yo no me burlaré de su simpleza. Al fin y al cabo cada uno vive y siente como le place.
Así que respirar y sentir la lluvia en mi cara, son mis formas de sentirme libre, de no ensuciar la respiración que me brindan las sensaciones que acompañan a los sentidos. Y disfrutar del amor, aunque sea poco a poco, aunque tenga que ser sin pegar bocados de avaricia. Así está mejor. ¿Me acompañas?
"Si bailar bajo la lluvia me provoca pulmonía, que se rían los desgraciados que caminan siempre en seco"
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