
Carguemos nuestras alas fabricadas con ternura, de paciencia absoluta; volquemos un poco de reloj atrasado para poder aprovechar cada momento, cada sensación, cada sonrisa, cada gesto que nos regalemos. Esta etapa llamada sin nombre, no voy a desperdiciarla, ni tirarla para que acompañe a los errores del pasado. Voy a conventirlo en mis ganas de aguantarme el deseo, para desearte mucho más y perderme mucho menos, para disfrutarlo con todas las letras y no deslizarlo a la rutina, a los momentos esquematizados, al desgaste de los sentimientos, de los reproches. No pienso ser igual que el resto, y fundirme en la hoguera de los necios, que creen querer más por decirlo más alto, más cerca...
Quizás convierto en guerra la paz de mis ideas y mi mente cuando doy tantas vueltas en esta cabeza impregnada de vientos y huracanes, quizás soy yo quien turba la tranquilidad de su tregua, quizás soy yo misma quien se pone zancadillas, obstáculos innecesarios para mantenerme en alerta, haciendo guardia en el fuerte de la tormenta silenciosa; quizás solo forma parte del proceso de defenderme de mí misma y sentirme protegida dentro de donde me encierro a veces para calmarme cuando siento que el miedo a que me hagan daño es mucho mayor que el deseo de disfrutar. A sí que, si tú quieres, te invito a tener paciencia siendo quien eres, para hacerme sentir como me siento. Respiremos juntos, sin bocanadas innecesarias.
"Creen querer más por decirlo más alto"
ResponderEliminar"Haciendo guardia en el fuerte de la tormenta silenciosa"
Una declaración de intenciones expresada bellamente, un molde al que ha de amoldarse quien quiera seguir a tu lado, aunque tú también deberas amoldarte a él, eso es una relación, cada uno carga con los defectos del otro para que la carga no sea tan pesada, se comparte la virtud tanto como el defecto, aunque en este caso solo se pide que el tiempo transcurra con calma y no se acelere hasta sentir que no se siente nada.